Gracias Sr. del Val por este artículo que demuestra
la falta de Educación y Formación Vial de Calidad que tiene nuestro país.
Es usted un claro ejemplo tratando un tema tan serio
con un desconocimiento, banalidad y frivolidad
que lo único que hace es entorpecer la tarea a los que nos dedicamos
a la Seguridad Vial a través de la Formación Vial.
No le hace ningún favor a la Sociedad.
Cuando los tontos escriben artículos de opinión sin saber de lo que hablan.
Y así nos va.
La sospecha de que España alberga la mayor densidad de tontos contemporáneos por kilómetro cuadrado se ratifica cada día y, lo más espantoso, es que llegan hasta instituciones que merecen respeto... hasta que llegan ellos y ponen el huevo. Es el caso de la Dirección General de Tráfico donde algunos tontos contemporáneos de diversa índole se infiltraron en la redacción normativa y salieron disposiciones, no ya extravagantes, sino estúpidas. Por ejemplo, nos pueden multar por tener el codo apoyado en la ventanilla. Hace calor, o la temperatura es agradable, va usted por las calles de su ciudad, donde es posible que no pueda exceder de los 30 kilómetros por hora y le pueden multar. ¡Ese codo! ¿A quién se le ocurre apoyar el codo en el quicio de la ventanilla bajada? A millones y millones de personas en todo el mundo hasta que llegó un tonto contemporáneo a la DGT y le pareció que había que hacer felices a los españoles y prohibirlo.
Hay decenas de miles de mujeres que usan zapatos de tacón para todo, hasta cuando cocinan en casa. Y, naturalmente, cuando conducen. Bueno, pues, un TC (Tonto Contemporáneo) decidió que había que obligar a que las mujeres se pusieran un zapato más cómodo. Y a ellas las pueden multar si conducen con zapato de tacón. Claro, un calzado cómodo cuando estás en la playa son las chanclas. Bajas a la playa, y no te llevas los zapatos que te compraste cuando se casó tu hermana. ¡Imprudente! Te pueden multar por conducir con chanclas.
¿Se puede beber agua mientras conduces? ¡NO! El tonto contemporáneo de guardia decidió que era mucho más saludable que el conductor soportara la sequedad de boca y todas las molestias que acompañan a la sed, antes de permitir que se echara un buchecito que le ayudaría a reanimarse y despertar su atención.
Pero el problema no son los TC, el problema estriba ya en los CTC (Cómplices de Tontos Contemporáneos) que leyeron las estupideces que se redactaron, que las aprobaron, y que, al parecer, no están dispuestos a rectificar. A lo mejor es porque no piensan. Me imagino que pensar mientras conduces se considera sancionable. Para los que no piensan nunca y trabajan en la DGT debe ser un esfuerzo impensable.
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