Vía @conducirsinmied
Todo parece indicar que la respuesta es afirmativa, claro que este supuesto escándalo es peccata minuta comparado con el grueso calibre que tienen tantos, por todos conocidos y ya probados, en salas judiciales bien repartidas por toda la geografía española, muy lamentablemente, para nuestra desgracia y vergüenza.
|
Existiendo estos maniquíes, ¿a qué viene hacer pruebas con personas fallecidas? Fuente: www.abc.es |
Hace algo más de tres años llamó mi atención un articulo publicado en el blog Circula Seguro, patrocinado por Michelin y la Fundación Mapfre, que anunciaba un proyecto de la Universidad de Zaragoza para hacer pruebas de choque con cadáveres humanos a fin de estudiar la cinemática de la columna vertebral en colisiones frontales y oblicuas para lograr dos objetivos y por este orden:
Primero. “La posibilidad de realizar tales ensayos reforzará y expandirá las capacidades de investigación de la Universidad de Zaragoza en este campo a nivel mundial.”
Segundo. “...estos experimentos contribuirán a caracterizar los seis grados de libertad del movimiento de la espina dorsal humana durante colisiones frontales y oblicuas, lo cual aumentará el conocimiento actual existente en esta materia.” Citas literales que pueden ver aquí.
Por favor, corríjanme si me equivoco, pero en mi modesta opinión, el primer objetivo definido nunca debería figurar como tal -en ningún orden-, sino como una consecuencia natural y lógica del brillante resultado de la investigación.
En cuanto al segundo y último, cualquier traumatólogo o fisioterapeuta (por poner dos ejemplos), sabe de sobra que muchas veces un hueso no se rompe ni daña por un golpe si no por la tensión que los músculos en él insertados ejercen por el estrés que sufren en los instantes previos al impacto, lo que con un cadáver nunca puede ocurrir por razones obvias, razón más que suficiente para -en mi modesta opinión- desechar este tipo de investigación. Se me ocurren unos cuantos motivos más, pero creo que los expuestos son suficientes y este tampoco es el motivo de esta entrada.
El señor Josep Camós, autor del artículo, no sólo se hacía eco de la noticia, sino que además expresaba su entusiasmo por la misma. A mí me escandalizó por morbosa, innecesaria e inútil, y así lo manifesté en un comentario que abrió una discusión un tanto acalorada pero correcta y que pueden ver aquí si lo desean, en ella también participó Elisa Alòs, habitual comentarista de este blog (gràcies!), como bien saben todos ustedes.
|
María Seguí, actual Directora General de Tráfico. Fuente:www.bolsamanía.com |
Recuerdo, entre otras cosas, que en el citado artículo se afirmaba que por cada cadáver utilizado en esos estudios se salvarían sesenta vidas, ¡60! Ni más ni menos, oiga, y se quedan tan anchos. Una afirmación absolutamente gratuita que todavía me indignó mas que lo truculento del estudio. ¿Cómo demonios se puede afirmar eso? Por favor, si hablamos de ciencia dejemos la fe aparte, los hechos se muestran y sustentan con pruebas empíricas.
Dicen que el tiempo pone a personas y cosas en su sitio, y a veces tenemos ocasión de comprobar que tal afirmación resulta esperanzadoramente cierta. El pasado mes de septiembre me encontré casualmente con esta noticia (pueden verla aquí) y, hace unos días, una persona amiga me hizo llegar otra también relacionada con este asunto y que creo que justifica de sobra el título de esta entrada que, dado cómo lo planteo, he decidido que debo publicarla cuanto antes debido a las elecciones que tenemos en capilla (pueden verla aquí).
Elegir quién esté al frente de la Dirección General de Tráfico (DGT) es una decisión puramente política; considero que hay mucha incertidumbre acerca del resultado de las elecciones del próximo día 20 y más aún de cómo se formará el gobierno resultante. Si la señora María Seguí sigue en su cargo, no tendría prisa en hablar de esto, de lo contrario sí, sería -cuando menos- muy poco elegante. Así pues, por si acaso...
|
Las mentiras crecen en progresión geométrica, por lo menos. Es necesario estar muy alerta para separar la paja del trigo. Fuente: www.elexitoenvida.com |
Ahora ya me voy acercando a donde quería llegar que es, básicamente, invitarles a que se planteen conmigo la vieja cuestión de si el fin justifica los medios. En mi opinión no, rotundamente no; aunque hay casos en los que a nivel puramente personal, cuando sé de alguien que vive situaciones extremadamente terribles, dudo muy seriamente sobre lo que haría en su lugar. Dejando al margen casos individuales y extremos, socialmente me resulta inaceptable que con acciones huérfanas de moral y ética se justifique el logro de un buen fin. No puede ser.
Sin embargo vivimos en una época que cada vez tiende más “al todo vale con fin de...” Lo vemos en los medios de comunicación y en muchas películas, diariamente, en ocasiones de forma muy sutil y en todos los campos. En el tráfico, esta tendencia comenzó a ser relevante y peligrosa hace ya unos cuantos años, se intensificó y se refuerza cada día. Basta con afirmar o negar algo, citar supuestos estudios (a los que casi nunca podemos acceder para verlos completos), afirmar gratuitamente que con ello se salvarán o perderán no sé cuántas vidas (esto es mano de santo) y listo el aro por el que pretenden que pasemos todos. Aunque luego alguien pruebe estudios falsos, afirmaciones estúpidas, manipulaciones en datos y estadísticas, es igual, si con ello se salva una sola vida... Sin que nadie parezca apreciar que esto último también es falso, ¿Cómo lo prueban? De ningún modo, ni se molestan en intentarlo. Nos lo han hecho creer, nos han inducido una fe ciega que impide cuestionarnos nada.
|
El carnet por puntos es responsable de curiosas paradojas: Parece que endurece la ley, pero la hace más blanda. Iba a retirar del asfalto a "esa minoría de conductores peligrosos que..." y hace que más gente circule sin permiso. Fuente: www.soymotero.net |
Ejemplos hay muchos, mencionaré sólo uno. El anterior Director General de Tráfico (Pere Navarro) impuso el carnet por puntos, se dijo que eso haría disminuir el número de accidentes. Entra en vigor el 1 de julio de 2006, cuando la crisis económica comenzó a mostrar sus primeros síntomas en España, aunque casi nadie los veía y todos nuestros gobiernos derrochaban superávit, pero el trafico empezó a disminuir, lentamente al principio, claramente como un año más tarde y espectacularmente poco después, y con ello el número de accidentes y víctimas, ¿gracias a qué? Al carnet por puntos, claro. ¡Falso! Fue debido a la crisis, que aún persiste. Pero aquel director general de infausto recuerdo, el peor con clara diferencia entre todos cuantos ocuparon ese cargo en la larga historia de la DGT, se cubrió de gloria, cuando en realidad el carnet por puntos no es más que un fraude y un gran negocio para unos pocos, pero aunque cada vez hay más personas que se dan cuenta de esto, incluso la mayoría de ellas lo ven con buenos ojos porque “ha salvado vidas”. ¿Pruebas? Ninguna.
Aldous Huxley lo explicó muy bien: “El fin no puede justificar los medios, por la simple y obvia razón de que los medios empleados determinan la naturaleza de los fines producidos.”
Les sugiero encarecidamente que lean los enlaces que les he dejado, sobre todo este que repito aquí, y aprovecho para expresar todo mi respeto, solidaridad y admiración por el señor don Juan José Alba, dada la injusta persecución que sufre y el valioso ejemplo de integridad y dignidad con que la enfrenta, porque este es el tipo de actitudes que alimentan la esperanza de un país y un mundo mejores.
Esteban