Algunos expertos son críticos con los plazos de renovación del carné, que se han ampliado para este colectivo (cinco años frente a los dos que estaban anteriormente establecidos para los mayores de 70), y con unos reconocimientos psicofísicos «poco rigurosos», que a veces se limitan a revisar la vista y el oído.
"Un cachondeo inadmisible"
Desde la asociación española de centros de reconocimiento de conductores, su presidente, Juan Arévalo, admite que existen «graves deficiencias» en la preparación de los facultativos que evalúan las condiciones de los automovilistas porque no tienen los conocimientos suficientes de medicina aplicada a la seguridad vial. «Que cobren 16 euros en algunos centros sin aplicar criterios rigurosos ni unificados es una broma y un peligro», denuncia Arévalo, quien insiste en que no existe la cualificación necesaria para determinar si la agudeza visual de una persona, sus reflejos o, incluso, su capacidad cognitiva están lo suficientemente mermadas para impedirle conducir.
Para Francisco Canes, presidente a la asociación de víctimas DIA, la situación que denuncia Arévalo es «un cachondeo inadmisible», contra el que la Administración debería actuar con inspecciones anónimas. Y reivindica reconocimientos «más asiduos, aunque sean gratuitos», porque el deterioro de un mayor avanza «en cuestión de meses».
Mar Cogollos, máxima responsable de la asociación de víctimas Aesleme, es tajante al proponer estudios psicotécnicos más exhaustivos a los conductores mayores de 70 años y cada menos tiempo, así como que se establezcan limitaciones en las distancias o el horario de conducción, «muy centradas en las condiciones físicas y la medicación».
También el director del área de Seguridad Vial de la Fundación Mapfre, Jesús Monclús, estima «fundamental» la labor del médico y aboga por reforzar los controles psicotécnicos. A la vez, propone aprovechar las renovaciones del carné para actualizar conocimientos con las novedades introducidas en los reglamentos, las últimas investigaciones y consejos. En suma, una «reeducación continua». El director de Seguridad Vial del RACE, Tomás Santa Cecilia, coincide con Monclús al reclamar un «reciclaje permanente» enfocado a las nuevas infraestructuras, los sistemas tecnológicos y las normativas.
La coordinadora de proyectos de la Fundación Española para la Seguridad Vial, Cristina Catalá, no es partidaria de «restar autonomía e independencia» a los mayores, sino más bien de adaptar la movilidad al envejecimiento y promover programas de formación y reeducación, también en el manejo de unos vehículos cada vez más complejos tecnológicamente. Catalá propone, incluso, revisar la señalización vial para que sea «más visible y clara» para este colectivo.
Y un aspecto a tener en cuenta en el que hacen hincapié la práctica totalidad de los consultados: los conductores mayores se ponen al volante de coches muy antiguos (el 50% del parque español tiene más de diez años), por lo que creen necesario que se ofrezcan ayudas para renovar su vehículo a un colectivo que, en muchos casos, compra su último turismo a los 60 años.
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