Por Carme Huguet:
Nunca se pueden lanzar las campanas al vuelo y menos cuando tratamos con un tema muy serio como es el de la seguridad vial. A comienzos de este año se lanzaron mensajes sobre la bajada de siniestros y el número de muertos en carretera. El ciudadano consciente de la de miles y miles de euros gastados en dotar a la administración de mayor número de radares y "pegasus" para cazar a aquellos que infringen, se queda con un interrogante inmenso, ¿realmente se hacen las cosas de forma adecuada, o prima el interés económico? La mayoría opinan que prima el sistema recaudatorio más que el sistema educacional. Porque, señores, la bajada de siniestrabilidad, el objetivo cero víctimas en tráfico, tienen que ver entre otros factores con el sistema educacional y la formación.
Poco o bien poco se puede contribuir a la formación cuando vemos que personas con cargos relevantes (no hablo sólo de políticos) incumplen el reglamento y atentan contra la Ley de Seguridad Vial y no pasa nada o casi nada.
Poco o bien poco se puede contribuir a la educación cuando no tenemos un sistema educativo que considere la educación vial como una asignatura troncal, obligatoria en todos los ciclos.
Poco o bien poco vamos a reducir la siniestrabilidad y el número de muertos en nuestras carreteras si no empleamos de forma adecuada los fondos de los que disponemos y en lugar de invertir en radares y "pegasus" no invertimos en educación y formación. Educación y formación ejercida por los mejores profesionales.
Debemos exigir los mejores profesionales que tanto directa como indirectamente intervienen en todo el proceso y que no voy a nombrar en su totalidad (por ser muchos), pero sí en líneas generales:
1.-A todas las personas con cargos políticos no se limiten ustedes a hacer estadísticas con colores que quedan muy bien en un anuario. Les recuerdo que tras esos colores y porcentajes, tenemos familias rotas, con secuelas importantes, lesionados no recuperables y con discapacidades.
2.-Necesitamos que las carreteras se encuentren en el mejor estado y para ello hay que dotar con medios económicos suficientes para afrontar esas partidas.
3.-Las empresas de conservación y señalización que trabajen de forma concienzuda. Demasiado a menudo desidia de algunos trabajadores encargados de regular el tráfico cuando existen obras y falta de señalización o un mal uso de la misma.
4.-Reducir el tiempo de reacción en una emergencia y mejorar los equipamientos médico-sanitarios. Los momentos siguientes a un accidente son vitales. Si reducimos el tiempo de llegada y mejoramos los equipamientos, conseguiremos reducir el número de muertos.
5.-Necesitamos los mejores conductores y para ello hay que establecer un sistema de reciclaje obligatorio (no hablo de examen) que garantice que los conductores tienen conocimiento de las normativas y señales y saben como comportarse en un medio que puede ser en ocasiones hostil.
6.-El sistema actual para obtener el permiso está obsoleto porque no garantiza el conocimiento de normas, señales y tampoco el comportamiento del conductor en el medio.
7.-Cambiar los protocolos establecidos para revisiones médicas ya que no garantizan que todos los que superan el certificado se encuentren en las mejores condiciones físicas, psíquicas o psicológicas.
8.-Mejorar la cualificación de los profesores de formación vial, formadores cap, mercancías peligrosas.... Establecer convocatorias en un período corto no garantiza la calidad como tampoco la garantiza que los cursos presenciales los impartan empresas de ámbito privado con intereses partidistas.
Un muerto en carretera es importante, tan importante como para plantear los puntos anteriores e intentar concienciar a aquellos que tienen cargos políticos para que tomen las decisiones más acertadas.
http://carme-huguet-vial-laboral.blogspot.com.es/2014/08/aumento-de-la-siniestrabilidad-en-los.html
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