Lecciones
Suecas para la Carretera
¿Qué separa aún a
España de Suecia, el país con la tasa más baja de muertos por tráfico?
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/03/14/actualidad/1394801691_932977.html
El sistema apenas
lleva un par de segundos. El conductor del vehículo llega a la barrera del alco gate [la puerta del alcohol] en el puerto
de Gotemburgo, sopla sin bajarse del coche en un pequeño aparato e
inmediatamente después, si su nivel de alcohol no supera los 0,2 gramos por litro de
sangre que marca la ley sueca para poder conducir —más o menos un par de
cervezas— se levanta la barrera y el conductor puede internarse en la red
viaria sueca. Si el límite se sobrepasa, la barrera no se altera y un policía
o, en su defecto, un oficial de aduanas realiza pruebas más exhaustivas al
conductor, a quien no se le dejará proseguir el viaje y se quedará sin carné.
Bienvenidos a Suecia, el país con la tasa de muertos en carretera más baja del
mundo, según conforma el informe de 2013 de la OMS, que utiliza datos de 2010.
El Trafikverket
de Suecia, el equivalente a la Dirección General de Tráfico en España, prueba
este sistema automático de control de alcoholemia en Gotemburgo porque es el
puerto más transitado de Escandinavia, y estudia ahora los costes e idoneidad
de instalarlo en otros, como le pide desde hace años la MHL, la asociación
sueca de abstemios. “Los puertos son los lugares donde se concentran mayor
número de conductores borrachos”, explica Bengt Svennson, miembro del Consejo
Sueco de la Policía. “Llegan a puerto después de horas de viaje en los ferris,
sin otra cosa que hacer para matar el tiempo que beber”.
El alco gate es el último paso dado en Suecia en su
implacable política de tolerancia cero con el alcohol. Se trata de un sistema
derivado delalcolock,
un inmovilizador
del motor que impide
que un vehículo arranque si su conductor ha bebido. Antes de poner el coche en
marcha, el conductor sopla en una especie de grabadora con boquilla, y si está
bajo los efectos del alcohol el motor no se enciende. Por supuesto, para que el alcolock esté homologado debe llevar acoplado
una tecnología antimanipulación que certifica que, en realidad, es el conductor
del coche el que sopla y no otra persona.
Todas
las escuelas suecas tienen un consejo de seguridad vial.
Se dedican muchas
horas a esta materia
En Suecia
empezaron a estandarizar el uso de este sistema en los vehículos públicos
(taxis, autobuses) y en el transporte de mercancías, el 1 de enero de 2012. El
objetivo es conseguir que el 75% de la flota automovilística del país instale
estos aparatos. Unos 75.000 conductores particulares lo han hecho ya de manera
voluntaria y aquellos a quienes se les sanciona con la retirada del carné
pueden instalarlo para así ver reducida su sanción. Si se les ha retirado el
carné durante dos años por conducir
borrachos pueden,
comprometiéndose a instalar el alcolok, recuperarlo a los 12 meses. Es lo que
querría hacer Steven, un agricultor de Ystad a quien hace unos días le
retiraron el carné por conducir muy borracho (1,58 gramos por litro
de sangre) un tractor en un campo de su propiedad. “Ha sido terriblemente
injusto porque yo no puse en peligro la vida de nadie, estaba en mi tierra,
alguien llamó a la policía y vinieron a hacerme la prueba”, explica.
Injusto o no es
totalmente lícito y así lo establecen las leyes suecas. A Steven le quitaron el
carné en el momento que le hicieron la
prueba y estará sin él
durante los próximos dos años. “Esta vez me he librado de la cárcel porque
estaba en mis tierras y no en carretera, pero, lo mire como lo mire, es una
faena no poder conducir, además necesito tiempo y dinero para pagarme la
autoescuela y volver a examinarme si quiero recuperar el carné. Haré lo que
esté en mi mano para recuperarlo cuanto antes”. Así que, si se lo permiten,
Steve formará parte de ese 11% de infractores que, según la agencia sueca del
transporte, instalan el alcolok en sus coches para reducir su sanción.
Junto a la lucha
contra el alcohol, Suecia se toma muy en serio la seguridad en los coches, y en
eso también Gotemburgo parece ser un centro de experimentación. En 2016, el
Gobierno y la empresa de automóviles Volvo pondrán en marcha allí un programa
de prueba de vehículos sin conductor, en el que ya están trabajando países como
Japón o Estados Unidos. “La idea es reducir al máximo los errores humanos
cuando se conduce, y si no conduce un humano quizás ayude”, según Hans Berg, de
la Agencia Nacional de Transporte. “Queremos ser pioneros en esta dirección,
como lo hemos sido con otros sistemas de seguridad”. Entre los más destacados:
el ESC, un sistema de control de estabilidad que llevan ya incorporado la mitad
de los coches suecos. Además, el 60% de las motos tienen frenos ABS, que hacen
variar la fuerza de frenado para evitar que los neumáticos pierdan adherencia
al suelo.
Y lo último en lo
que se está trabajando es hacer obligatorio la colocación de un sistema
automático de reducción de velocidad en caso de algún imprevisto en la
carretera. “Es fácil que lo consigan”, dice Lars Skog, director de una
autoescuela en Estocolmo. “Los suecos fuimos los primeros en estandarizar, a
finales de los cincuenta, la instalación en los coches de los cinturones de
seguridad y en 1977 se aprobó la norma de encendido automático de las luces.
Entonces parecía imposible, hoy es obligatorio y todos lo ven como algo
normal”.
El objetivo de
todos estos dispositivos es el de aumentar la seguridad del vehículo, uno de
los pilares del programa Visión Cero, puesto en marcha en Suecia en 1997 y cuyo
fin último es no solo dejar en cero el número de muertos en la carretera sino
también minimizar las lesiones. Para conseguirlo, las autoridades suecas
centran sus acciones en mejorar las infraestructuras y potenciar la educación
vial.
El programa
Visión Cero recoge un plan de formación continuada de conductores que pone el
acento en la participación cada 10 años en cursos en los que los conductores
refrescan y conocen las nuevas normas de circulación, normas que se modifican
para, entre otras cosas, adaptarse a las duras condiciones atmosféricas del
país. En la estación más fría del año es obligatorio, por ejemplo, cambiar las
ruedas del coche por unas con surcos más profundos que garanticen una mejor
sujeción al suelo.
Pero la
sensibilización y la educación vial comienzan ya en la infancia. “Una de las
cosas que yo recuerdo más divertidas eran las prácticas con minikars en el
cole, la policía nos daba hasta carné”, recuerda Anja, una estudiante de
Biología Molecular de la Universidad de Lund. “También nos ponían multas si no
cumplíamos las normas”. “En esos cursos les deben meter un chip en la cabeza
porque un sueco ni loco se mete contigo en el coche si sabe que has bebido”,
replica Amanda, una compañera estadounidense de Anja, becada en la misma
Universidad.
- Suecia, con 3 muertos en accidente de tráfico por cada 100.000
habitantes, es el país del mundo más seguro. España tiene una tasa de 5,4,
según el informe de la OMS de 2013 (con datos de 2010).
- De 2001 a
2012, Suecia redujo el número de muertos por tráfico un 51%. El año pasado
registró su cifra más baja, 264. El parque automovilístico es de 6,86 millones.
- En ese mismo tiempo, España redujo su mortalidad en un 65%. El
año pasado también logró su menor cifra, 1.130 muertes. El parque es de 31,27
millones.
- El límite de velocidad en Suecia es de 110 kilómetros por
hora, 10 menos que en España. Las multas por sobrepasarlo oscilan entre los 225
y los 450 euros. En España, de 100
a 600 (si no se sobrepasa el límite en 60 km/h en ciudad y 80 en
carretera).
- El límite de alcohol en Suecia es de 0,2 gramos por litro de
sangre. Sobrepasarlo lleva aparejada la pérdida el carné. En España es de 0,5.
No existe en
Suecia ninguna asignatura específica en las escuelas o colegios que se llame
educación vial, pero, en la práctica, el número de horas que se dedican en los
centros educativos a este tipo de enseñanza es muy alto. “Cada escuela tiene un
consejo de seguridad vial en el que intervienen autoridades locales,
profesores, alumnos y familias. De ahí salen propuestas concretas en las que se
identifican, entre otros, puntos negros en carreteras, dificultades de
accesos”, explica Bengt Svennson, miembro del Consejo Sueco de la Policía.
Gracias a esta
colaboración ciudadana y también al compromiso de los políticos, en los últimos
años se han mejorado carreteras comarcales y se han puesto rotondas en
intersecciones. Suecia ha invertido tiempo y dinero en lo que llaman las
carreteras 2+1. Vías en las que para evitar choques frontales se separan
físicamente los dos sentidos y se despliega un segundo carril adicional en
algunos tramos para permitir los adelantamientos. El coste de la obra no es
demasiado elevado, poco más de 218 euros por metro, y el resultado es
alentador. “El número de muertos se reduce un 90%”, afirma Roger Johanson,
responsable de seguridad vial de Trafikverket.
¿Y sanciones?
Unos 1.100 radares están
repartidos y
señalizados por todo el país. “La política en Suecia es informar más que
sancionar. Avisamos dónde están los radares porque no vamos a pillar. Endurecer
las reglas es algo que aquí no funciona bien”, dice Patrick Magnusson, uno de los
trabajadores de Trafikverket.
Todas estas
normas y una importante concienciación social han colocado a Suecia a la cabeza
de los países que más ha reducido el número de accidentes carretera. En la
última década se ha registrado un 51% menos de siniestros, y según la OMS
Suecia es el país que menos muertos suma en accidentes de tráfico. Los últimos
informes publicados hablan de tres muertos por cada 100.000 habitantes, cifras
que no se veían desde 1940, cuando el número de coches que circulaban era mucho
menor. Tras Suecia, en el grupo de países con menos muertes, Reino Unido, con
3,7; Singapur, con 5,1; Japón, con 5,2, y España, con 5,4.
Pese a los buenos
datos, nadie en Suecia da por hecho el trabajo. “No hasta que se haya logrado
el objetivo final de cero muertos en carretera y aquí estamos convencidos de
que es posible”, asegura Hans Berg.
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