sábado, 22 de agosto de 2015

LA FALTA DE EDUCACIÓN Y FORMACIÓN VIAL MÁS CARA DEL MUNDO ...

Menos Intensidad en el Control del Tráfico y de las Sanciones,
ese no es el camino.

LA RECETA PARA CONSEGUIR EL BIEN COMÚN
DE TODA LA SOCIEDAD:

Educación, Formación, Evaluación y Prevención Vial de Calidad,

Programada, Mínima, Obligatoria y Presencial,

en sus Fases Inicial, Continua y Final,

PARA TODOS LOS USUARIOS DE LAS VÍAS PÚBLICAS.



Más accidentes

El repunte de la siniestralidad exige más intensidad en el control del tráfico y de las sanciones






Accidente en Zamora qye causó la muerte de tres niños / EFE/MARIAN MONTESINOS













Los accidentes de tráfico y las muertes en carretera han vuelto a tomar una evolución preocupante en los últimos meses; y lo peor es que las autoridades públicas (Dirección General de Tráfico) no parecen tomar conciencia estricta de esta evolución frustrante de la siniestralidad. En cuatro de los siete meses transcurridos de 2015 ha aumentado el número de fallecidos y la operación salida de verano ha cerrado su primer mes (julio) con 111 muertos, cuatro más que en julio de 2014.
Los indicios son malos; revelan que en 2015 se mantendrá una tendencia alcista en el número de accidentes y de fallecidos. Y ante esta tendencia, la Dirección General de Tráfico debería hacer algo más que culpar a la intensidad de los desplazamientos (similares a los de cualquier otro ejercicio) o a la vetustez del parque automovilístico.

Todas las causas exculpatorias son ciertas: los automóviles son viejos, la densidad del tráfico aumenta y la calidad del firme de las carreteras y autovías está muy deteriorada; hasta el punto de que un reciente informe calculaba que el deplorable estado del asfalto les costaba a los españoles del orden de 2.000 millones al año en más combustible y averías.

Pero no explican el problema de hoy.
Es más, tales argumentos deberían inducir a una reflexión sobre la inversión pública en mantenimiento de carreteras —para el cual los contribuyentes pagan sus correspondientes impuestos— que los Gobiernos (el central y los autonómicos) han olvidado por completo.
La causa inmediata es otra. 
Durante años se aplicó con rigor un plan draconiano para reducir la siniestralidad. 

Es posible que el impulso inicial del plan se haya agotado, como sugieren poéticamente en Tráfico; pero lo más probable es que se haya relajado la vigilancia de las vías y decaído la intensidad del procedimiento sancionador. Sobre estos aspectos tiene que actuar a corto plazo la autoridad vial; y esa actuación es la que esperan los usuarios de las carreteras.

ENLACE: elpais.com

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