sábado, 22 de agosto de 2015

Que no se pare tu reloj...por un Siniestro Vial ...

LA RECETA PARA CONSEGUIR EL BIEN COMÚN
DE TODA LA SOCIEDAD:

Educación, Formación, Evaluación y Prevención Vial de Calidad,

Programada, Mínima, Obligatoria y Presencial,

en sus Fases Inicial, Continua y Final,

PARA TODOS LOS USUARIOS DE LAS VÍAS PÚBLICAS.


Apenas hace un mes que hemos iniciado este tórrido verano.
El calor y las previsiones de mejora económica que se han empezado a notar
en algunos hogares y las tan ansiadas vacaciones, han hecho que empiece
un período de incremento en número de desplazamientos.
Aquellos que por suerte han tenido la fortuna de poder desplazarse al campo
o a la playa y disfrutar de unos días de asueto en los que los problemas
casi desaparecerán y la única preocupación será el disfrute
de los rayos solares, la colocación de la hamaca y la cañita de cerveza
en el chiringuito playero o el avistamiento de alguna ave rapaz por los cielos de interior
con alguna que otra culebra serpenteando por el caliente asfalto
de las carreteras secundarias que unen pueblitos sin apenas vida,
en algunos casos casi olvidados.
Por delante todavía un par de meses con movimientos circulatorios en todos los rincones
del país y que desgraciadamente nos darán una balanza de resultados negativos
cuando se cierren las grandes operaciones de salida de vehículos.
Nos hemos acostumbrado a ver y leer noticias sobre accidentes y lo peor
es que prácticamente no nos afecte el alcance de esas desgracias que tiñen de negro
la vida de miles de personas todos los años.
Me niego a creer que ya lo tenemos casi todo hecho. Me niego a aceptar los datos
de las estadísticas, de las probabilidades de morir en un accidente de tráfico,
de creer que ha sido una cuestión de mala suerte, de que era el destino...
Vivo en un pueblo pequeño, con sus ventajas y desventajas. Ventaja de que todos
nos conocemos y por ende, todos sabemos quienes somos y de donde vienen
nuestras raíces y las desventajas de que eres demasiado a menudo el centro de atención.

Un pueblo en el que en un período corto (8 meses) han fallecido dos personas en accidente
de tráfico.

Si la probabilidad de que ocurra un resultado fatal es poca, aquí hemos disparado
todas las alertas.
Si nos parece alarmante un resultado de 1131 fallecidos oficialmente en España
en el año 2014 en una población de 47,77 millones de habitantes, ¡cuán grave!
no será que en una población de 200 habitantes tengamos dos fallecidos.
Extrapolando el resultado sería como si en España se hubieran producido
467700 fallecidos. No voy a entrar en las causas de esos accidentes
y sus responsables, pues no tengo datos objetivos.

Puedo centrarme en el resultado frío de la estadística.
Ese resultado que cuando se ven los informativos no es más que una cifra,
un número, sin nombres ni apellidos, sin vivencias, sin ilusiones...

Aquí todos sabemos que tras el dato se encuentran dos hombres de apenas 40 y 50
y tantos, todavía jóvenes, con mucho camino por recorrer y que pararon su reloj vital
en sendos accidentes cerca de su lugar de residencia y por tanto
por sendas totalmente conocidas.

Dos hombres que salieron de sus casas para trabajar y que no regresaron a ellas, 
dejando a sus familias sumidas en una honda tristeza y buscando respuestas.

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