domingo, 17 de mayo de 2015

REÍRNOS DE NOSOTROS MISMOS: UNA MEDICINA CONTRA El PESIMISMO

He escuchado el dicho: “la risa abunda en la boca de los tontos” y creo que es la mentira más grande dicha en una frase que rima. Yo no sé ustedes pero creo la risa puede ser una de las mejores anestesias contra los problemas.
Estamos llenos de dificultades, de situaciones tristes y angustiantes y qué mejor manera de ver las cosas que con una risa. A veces no aceptamos nuestros errores, nuestras caídas y defectos y eso genera un mal ambiente alrededor.
Hay que aprender a reírnos de nosotros mismos, a comprender que somos humanos y que caeremos tantas veces que lo único que podemos hacer es caer con estilo. Al reírnos de nosotros mismos revelamos que somos maduros y que sabemos que es mejor una sonrisa que toneladas de pesimismo.

No hacemos nada con hablar de más, con sentarnos a llorar como niños, con culpar a todo mundo o a nosotros mismos. No somos perfectos y con el tiempo entenderemos que vale más una carcajada que una mala actitud.


Al igual sucede cuando estamos con nuestros amigos y nos molestan por una u otra razón: si nos enojamos pareceremos los más tontos, en cambio sí nos reímos de nosotros mismos, demostraremos que sabemos lo que somos y que no nos molesta lo que digan.
Hay que tener seguridad y somos seguros cuando vemos las cosas desde otro punto o ángulo. Riámonos de nuestros miedos, de nuestras inquietudes más grandes, de la forma en la que fallamos y cuando nos equivocamos. Riámonos de nuestras imperfecciones y de lo ridículos que somos a veces.
Muchas cosas no tiene solución y, o te mueres en tu intento fallido o te ríes de esa situación y la tomas con optimismo. Bien dice el dicho que: “Afortunado el hombre que se ríe de sí mismo, ya que nunca le faltará motivo de diversión”. ¡Qué así sea!
Autor: Katy Meza

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